Boletín nº 4

ADORACIÓN NOCTURNA DE
TORREPEROGIL
100 ANIVERSARIO

BOLETIN Nº 4 – ABRIL 2006
Nuestra Historia
CÓMO TORREPEROGIL CELEBRÓ SUS BODAS DE ORO. (1ª parte)
Parece que fue ayer pero han pasado ya 50 años de aquellas fervorosas efemérides celebrada codo con codo por las gentes buenas de nuestro pue­blo.
Cincuenta años no son pocos pues este cronista tenia entonces 27 años, y sin ser, ni pensar ser tal cronista, dejó correr sus inquietudes histó­ricas, literarias y periodísticas, tomando buena nota de aquel acontecer que hoy nos valen ante el centenario feliz de la fundación que celebra­mos.
En estos 50 años últimos, nuestra Sección adoradores ha sufrido altos y bajos pero siempre supo superar los malos baches contando siempre con un reducido grupo comprometido con Jesús Sacramentado haciendo posible que los torreños podamos celebrar gozosamente un centenario feliz.
En aquellas Bodas de Oro, añoradas y recordadas, nuestros adoradores lo celebraron a lo grande del 20 al 23 de Septiembre de 1956.
Asistimos a aquel triduo devoto y solemne en el que predicó el enton­ces párroco de Santa Maria de la Asunción, la Mayor de nuestras iglesias, don Ramón Ruiz Cano.
Un acto de postín fue la velada literaria presentada por el Excmo. Sr. don León Muñoz-Cobo y Esteban, Fiscal del Tribunal Supremo, fundador y primer presidente de nuestra Sección Adoradora. Intervino a continuación el elocuente orador don Manuel de Benavides y garcía de Zúñiga, propagandista del Consejo Nacional de Acción católica que entregado al tema eucarístico fue ovacionado insistentemente. El acto fue clausurado por el obispo de Jaén don Félix Romero Mengibar, no faltando a la cita nues­tra banda municipal dirigida por el genial Don Justo Jiménez Montes, que interpretó el Segundo tiempo de la 5ª Sinfonía de Beethoven y el Ave María de Schubert.
Ginés Torres Navarrete
Cronista Oficial de la Villa




Reinauguración de 1985
LOS ACTOS DE REINAUGURACION DE LA SECCION DE TORREPEROGIL (2ª parte)

En el presbiterio, ante el Sagrario y a los pies de la Stma. Virgen de la Misericordia, Patrona de Torreperogil, se situaron las banderas de las Secciones de Baeza, Beas de Segura, Cabra del Santo Cristo, Mancha Real, Orcera, Sabiote, Úbeda y Villacarrillo, además de las correspondientes a las Secciones Femeninas de Mancha Real y Úbeda, juntamente con las de Torreperogil y ­Consejo Diocesano.
En medio de un fervor impresionante dio comienzo la vigilia: Rezo de vísperas, exposición del Santísimo, presentación de adoradores, plática del Director Espiritual Diocesano, D. Fernando Gallardo, bendición e imposición de insignias a los nuevos adoradores, que segui­damente besarían la bandera.
Se organizaron dos turnos de vela, terminados los cuales y tras el rezo del Santo Rosario, tuvo lugar la santa misa, concelebrada por D. Fernando Gallardo, D. Antonio Cabo y D. Antonio Ugarte, Di­rectores espirituales de Cabra del Santo Cristo y Torreperogil.
Fue una inolvidable velada eucarística, en la que los hombres y mujeres que llenaban el templo, desde su pequeñez, desde su impotencia ante el poder y la gloria de Dios, elevaban sus alabanzas en adoración a Cristo, presencia viva y actual, al tiempo que sus almas se encen­dían con el fuego del Amor, con la fuerza de la Gracia.

100 años después
Yo, como adorador, siento muy orgulloso de pertenecer a este grupo tan rico y variado, que cumple 100 años y aunque parezca que, por ser una institución tan antigua, está desfasada, en realidad es todo lo contrario. Está al día, pendiente de todos lo problemas y temas que en la actualidad nos preocupan a todos. Por eso pienso que la experiencia que plasmamos en esta sección sirve para demostrar que es cierto.
Cuando a mi me invitaron por primera vez a participar en una vigilia, yo tenia 18 años y no tenía una idea clara de cómo era eso. Pensaba que consistía en estar toda la noche rezando, con gente mayor y yo no estaba por la labor, así que dije que no.
La segunda vez ya fui invitado por un diacono y amigo, Manolo García, que me creó muy buenas expectativas, así que me vi comprometido a asistir. Al principio no conocía a nadie y no sabía que era lo que estaba haciendo. Estaba allí en medio de un grupo que parecía conocerse muy bien, que todos sabían lo que se iba a hacer y eso me hizo sentir un poco fuera de lugar. Me sentía como “gallina en corral ajeno”.
Desde el primer momento todos estaban muy cercanos y volcados sobre nosotros, Pedro Talavera Lara nos indicaba que íbamos a hacer en cada momento e intentaba explicar lo que estábamos haciendo. Una vez en la vigilia me parecía que estaba bien todo, no me disgustaban los salmos y lo demás, pero llego el momento de la oración personal. Al principio no sabía que hacer, que rezar, pero poco a poco empecé a hablar con Dios, sentía como si escuchara todo lo que yo le decía. En esos quince minutos me sentí tan a gusto que se me pasaron rapidísimos. Después de esa primera vigilia tuve la necesidad de pertenecer a la adoración nocturna, todo me había sabido a poco y necesitaba más.
Estos años, en el grupo, me he sentido estupendamente. Los compañeros y compañeras adoradores/as han sido, además, un grupo de amigos, hemos participado juntos en diferentes eventos y hemos colaborado en diferentes ámbitos de la parroquia. He vivido junto a ellos momentos estupendos fuera de la vida parroquial, conviviendo, disfrutando de las fiestas, cuando íbamos de campo y en muchas vivencias más que han hecho más rica aún la experiencia de pertenecer al grupo de adoración nocturna.
Ahora después de estos años no hago nada más que agradecer a Dios el pertenecer a este grupo que tantas satisfacciones me ha dado tanto espiritual como personalmente
Pedro Talavera Cabrera
Adorador

Desde el capellán
TORREPEROGIL 1.989 – 92: TRES AÑOS DE MI VIDA SACERDOTAL

Fue el 29 de Junio. Aquel día no tenía ningún motivo para ir a Jaén; menos aún para subir al obispado y, por supuesto, ni idea, de que me invitaría a comer el Obispo de la Diócesis. ¡Pues sucedió! Fue en la comida cuando me planteó la posibilidad de ir a La Torre a sustituir a mi buen amigo Antonio Ugarte, que marchaba a Linares. Después del café mi marcha de la querida Alcalá la Real, donde había vivido once años, estaba decidida y asumida. ¡Algo parecido son nuestros cambios de parroquias! Había terminado un periodo de mi vida y comenzaba otro.
Repasando aquel día se podría afirmar que fue el azar el que posibilitó mis tres años en Torreperogil, pero cuando uno es creyente cristiano sabe que los hilos de la historia los mueve un Dios respetuoso con la libertad, pero que marca caminos.
Dos o tres veces visité La Torre aquel verano. Había pasado por sus calles muchas veces, pues mi entreno de sacerdote fue en La Iruela, pero nunca había pensado que seria mi nuevo hogar. Por eso el verano del 89 la mire con ojos nuevos. D. Antonio ¿quién mejor que él para que me ayudase a conocer mi nueva casa? Me presento algunas personas…, los colaboradores de la parroquia, los lugares donde se compartía la vida, las fiestas y costumbres… ¡empecé a conocer a buena gente, que luego serian buenos amigos! Empecé a querer a mi nuevo pueblo.
Tomé posesión de la parroquia el día 14 de Agosto y me incorporé de forma plena los días de la feria en honor a Ntra. Sra. de la Misericordia, patrona de los torreños, madre de Dios y también mi madre, a quien recomendé mi trabajo.
Mi deseo primordial fue ser cura de todos, sin importarme esas divisiones que afloraban por todas partes y que se percibían de forma inmediata en aquellos primeros días que visitaba las distintas casetas con el afán de conocer a las personas que serian mis nuevos conciudadanos y los cristianos de mi comunidad.
Celebra la sección de la Adoración Nocturna su centenario ¡FELICIDADES! Me habéis pedido que recuerde un poco esos años de ministerio entre vosotros, y lo hago con gusto y agradecimiento.
Estáis de enhorabuena, que comparto con vosotros ¡yo también fui adorador de vuestra sección!
¡CIEN AÑOS! Un grupo de hombres, que rezan por los demás, hace un bien inmenso a un pueblo. ¡Merece la pena que recordéis vuestra historia y tantas noches que habéis pasado junto al Señor en oración! Yo también las recuerdo, pues fueron parte de mi actividad parroquial. Gracias adoradores porque fuisteis vosotros quien me enseñasteis a vivir la Vigilia de las Espigas. Gracias por los ratos compartidos con vosotros.
De La Torre recuerdo sus gentes sencillas y trabajadoras. Nunca se sentí extraño ante nadie, cualquiera que fuese su situación personal tanto económica, social, política, religiosa, profesional... todos sus habitantes fueron importantes para mi en la medida que podía estar con ellos. No tuve ningún enemigo o por lo menos nunca lo sentí. Todos fueron valiosos para mí.
Guardo un especial recuerdo de mis compañeros Lorenzo y Martín. Del grupo de catequista y del equipo de Caritas, del coro parroquial, de los jóvenes - amigos, de las buenas marías de los sagrario s que nos reuníamos a rezar;... de Pedro, el sacristán; de la familia que cuidaba el Santuario de la Virgen, de las religiosas de la Residencia y de las HH de la Cruz, de los enfermos que atendíamos. . . de las fiestas en honor a la Patrona, de la Semana Santa, del Carnaval, de la fiesta de Santiago y también de algunas partidas de dominó y de mi afición a ver partidos de fútbol con los aficionados - amigos... y de algunas personas que saben que forman parte de mi vida, aunque nos veamos menos de lo que uno desea.
Fueron tres años intensos y gratificantes, con algún mal rato también, pero eso es parte de vida misma. Y doy gracias a Dios por todo eso.
FELIZ CENTENARIO.
Juan Quiles
Párroco de San Francisco de Asís. Villacarrillo.